En primer lugar, choca con lo que el autor nos ha dicho hasta aquí acerca de aquella gran ilustración bíblica de la vida de fe, el éxodo. Ya hemos visto que los judíos en el desierto pecaron de muchas maneras y sufrieron, como consecuencia, el juicio de Dios, por lo cual quedaron excluidos de la Tierra Prometida. Pero también es cierto que en casi todos estos casos, por la intercesión de Moisés o el clamor del pueblo, el juicio divino fue cortado. Dios tuvo misericordia de su pueblo. Hubo restauración.
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